Las comparaciones no son buenas (ni correctas) tampoco en el
mercado inmobiliario, donde el debate entre comprar o alquilar
vivienda está volviendo a caer en su eterno error: la comparación a
la ligera de la cuota mensual hipotecaria con el coste de un
arrendamiento.
Equiparación económica que hoy, tras el profundo ajuste de los
precios y el abaratamiento del crédito, parece hacer más
interesante la propiedad en contra de la opinión de la mayoría de
expertos inmobiliarios y economistas, que abogan por evitar
interrelacionar ambos regímenes. Como advierten los entendidos, el
manido dicho de que se paga igual o menos por una hipoteca que por
un alquiler tiene bastantes lagunas. La primera, y quizá la más
importante, a nivel inmobiliario. Esta creencia sólo suele
cumplirse en el segmento de viviendas de un perfil bajo (pisos
pequeños de segunda mano y localizaciones secundarias) o entre la
oferta más asequible que venden los bancos.
'A través del arrendamiento puede accederse a pisos en zonas muy
caras de compraventa' Lorena Mullor, gerente de la Asociación
Hipotecaria Española (AHE), califica como "simple" y "no creíble"
el ejercicio de comparar las cuotas hipotecarias con las rentas del
alquiler. "En primer lugar", explica, "porque pocas veces se puede
comprar una vivienda en la zona en la que se está alquilado".
Pone de ejemplo a los jóvenes inquilinos en lugares céntricos de
las grandes ciudades. "Estos, a través del arrendamiento,
individual o compartido, pueden acceder a pisos en zonas donde
están las casas más caras en compraventa", señala.
De ahí que, igualmente, siempre se diga que el alquiler permite
vivir en mejores casas y ubicaciones que la propiedad. La segunda
de las lagunas del errático símil entre la cuota hipotecaria y la
renta de alquiler se aprecia desde el punto de vista económico.
"Este cálculo (a la hora de plantearse comprar o arrendar) es
equívoco porque, sencillamente, no tiene en cuenta muchos factores
como el gasto de mantenimiento de una propiedad, los impuestos
ligados a la vivienda o el coste de oportunidad de los fondos
invertidos, entre otros muchos aspectos", explica el economista
José García Montalvo, catedrático de Economía de la Universidad
Pompeu Fabra.
Mullor hace hincapié también en que para acceder a una casa con
financiación se necesita, al contrario que en el arrendamiento, un
alto ahorro, y que, normalmente, se obvia al comparar el coste de
un préstamo con el de un alquiler. "En grandes números, el pago
inicial de una compra deberá ser, como mínimo, de un 30% del valor
de la casa", indica. "De nada sirve comparar las letras mensuales
de una hipoteca y un alquiler si no se contempla este dinero para
la entrada", comenta. Este mensaje lo comparte David Caraballo,
director comercial de Alquiler Seguro, quien recuerda, al margen de
lo dicho por Mullor, que la compra requiere "hacer frente al coste
de los intereses que supone la hipoteca -se paga más del valor real
de la casa adquirida- y asumirse otros gastos, como los derivados
de la comunidad de propietarios (cuota mensual y derramas), seguro
de vivienda e impuestos como el IBI".
Valor real vs. valor técnico Caraballo contrasta estos
importantes desembolsos extra en la compra con "el gasto de acceso
mínimo" del alquiler. "Un arrendamiento exige, como máximo, pagar
un mes de fianza, el mes en curso y quizá alguna garantía
adicional", comenta. Así, no ve coherente comparar tan a la ligera
la cuota hipotecaria con la renta de un alquiler. "Con una hipoteca
no se paga el valor real de la casa, mientras que la renta sí se
corresponde con el valor técnico en los alquileres", reitera. Al
margen de las ecuaciones económicas, Caraballo constata que cada
vez hay más personas que ven el alquiler como "una filosofía de
vida" y un sector en auge."El arrendamiento se está afianzando y
consolidando en España, principalmente, impulsado por el incremento
de la oferta y de la demanda", declara. 'Cuando los estímulos
políticos se equiparen, entonces, y sólo entonces, estos mercados
dejarán de mirarse el uno al otro' Caraballo apunta que el alquiler
se ha desprendido de muchos prejuicios, pero aún le queda mucho
trabajo por hacer, como explicar que no se pueden comparar las
cuotas hipotecarias con las rentas.
Este experto cree que esto se lograría con una Administración
comprometida con el arrendamiento. "Cuando los estímulos políticos
para el alquiler y la compra se equiparen, entonces, y sólo
entonces, los dos mercados evolucionarían sin mirarse el uno al
otro", concluye.
Fuente: El Mundo 03/08/2015